¿SABÍAS QUE TAMBIÉN PODÉS ENTRENAR LOS MÚSCULOS DEL ROSTRO?

Entrenar el cuerpo al menos una vez a la semana es parte de nuestra rutina cotidiana. Y aunque sabemos que en el rostro tenemos más de 30 músculos, nos resulta extraño pensar que también podemos entrenarlos y obtener los mismos beneficios que en nuestro cuerpo.

A través de los años, la piel va cambiando su textura, firmeza y color. Esto se manifiesta con arrugas, flaccidez de la piel, aparición de manchas y presencia de dilataciones vasculares (arañitas). El envejecimiento cutáneo se produce por pérdida de elementos de sostén como colágeno y elastina, procesos de atrofia de las capas superficiales y pérdida de la capacidad de regeneración de estas estructuras.

¿Cómo se tratan estas afecciones? La mayoría de estas afecciones de la piel son tratadas en forma muy efectiva a través de luz pulsada, láser, radiofrecuencia, rellenos, o la combinación de estos métodos. Sin embargo, en el Instituto Argentino de Flebología, estamos convencidos de que el aporte de nuestros pacientes mediante una serie de ejercicios es clave en el resultado de nuestros tratamientos.

¿En qué consisten los ejercicios faciales? Estos ejercicios se basan en un efecto de resistencia a la contracción voluntaria del músculo, mediante la presión de los dedos. Lo adecuado es comenzar a realizar estos ejercicios frente al espejo y una vez que los incorporemos a la rutina, podremos cerrar los ojos para mejorar la concentración, optimizar los resultados y ¡disfrutar!

A continuación te enseñamos uno de estos ejercicios faciales.

MÚSCULO FRONTAL:
Este es el músculo que se encuentra en nuestra frente, una zona donde la gran mayoría de las personas tenemos más presencia de arrugas. Para comenzar el ejercicio, debemos ubicar las yemas de los dedos unos milímetros arriba de las cejas. Inspirar por la nariz y al exhalar también por la nariz, durante 6 segundos aproximadamente, elevar las cejas lentamente, lo más alto posible, frenando el ascenso con una presión en los dedos dirigida hacia abajo en sentido contrario al movimiento del músculo frontal. Durante el proceso la frente debe permanecer lisa, conservando la relajación en todo el resto del rostro.

Lo adecuado es repetir este movimiento entre 3 y 4 veces. Según cada caso, debemos repetir la serie una o más veces por día. Para los casos más difíciles, lo ideal será repetir la rutina 4 veces cada día.

MÚSCULOS DEL ENTRECEJO:
Este es el músculo ubicado detrás del frontal, actúa horizontalmente uniendo las cejas. Para comenzar se debe colocar las yemas de los dedos sobre las cejas, abarcando la totalidad de las mismas para evitar que se muevan al activar el músculo. Inspirar por la nariz y al exhalar también por nariz durante 6 segundos aproximadamente, juntar las cejas al máximo estirando con los dedos en la dirección contraria a este movimiento. El espacio entre las cejas debe permanecer liso, sin ninguna arruga o pliegue que se forme durante el esfuerzo. Para las pequeñas arrugas transversales, horizontales en la raíz de la nariz, deben ubicarse los meñiques sobre las mismas manteniendo la piel hacia lo alto en el sentido vertical, mientras que los otros dedos separan la piel en el sentido horizontal borrando las arrugas verticales entre las cejas. Estas dos acciones se ejercen simultáneamente durante el esfuerzo de fruncir las cejas al exhalar.

Lo adecuado es repetir este movimiento entre 3 y 4 veces. Según cada caso, debemos repetir la serie una o más veces por día. Para los casos únicamente de prevención, se pueden realizar 2 veces por semana.

Ejercitando conscientemente los músculos del rostro notaremos importantes avances en la atenuación de arrugas y pliegues de nuestra piel, además de prevenir posibles deterioros futuros.