Todo lo que te preguntñas sobre várices. De las dudas frecuentes a los tratamientos.
La insuficiencia venosa en sus distintos grados de severidad es un padecimiento de alta prevalencia en la población general. Según distintos estudios epidemiológicos en poblaciones de adultos se observa aproximadamente en 45% de los hombres y 60% de las mujeres.
Esta se gradúa en seis estadios distintos.
El estadio I es el más frecuente, y es en donde aparece arañitas llamadas telangiectásias y pequeñas venas verdes llamadas venas reticulares. Este estadio tiene implicancia básicamente estética y no se asocia a trastornos circulatorios relevantes. De todas formas en muchas mujeres la presencia de numerosas arañitas constituye un padecimiento invalidante que las lleva a reducir la exposición de las piernas. Frecuentemente nos comentan que durante años dejaron de lado el uso de polleras o pantalones cortos, utilizan pareos en playas o piscinas en presencia de personas que no son el círculo familiar o directamente evitar vacacionar en la playa.
Conforme pasa el tiempo las venas se dilatan y progresan en severidad y extensión, transformándose en venas tortuosas y voluminosas que generan en forma progresiva hinchazón de piernas, y engrosamiento de la piel cercana a los tobillos, y finalmente en el último estadio, el sexto, son responsables de generar úlceras.
¿Cuáles son actualmente las causas más frecuentes por las que aparecen várices?
Existen numerosos factores de riesgo asociados a la aparición de várices. Probablemente el más común sea la predisposición genética. Habitualmente las personas con várices refieren que familiares cercanos presentan este mismo padecimiento. Esto se debe a una debilidad estructural en la pared de las venas, que generan la dilatación progresiva de las mismas hasta que se transforman en vasos visibles.
Otros factores de riesgo bien documentados son el hecho de trabajar muchas horas de pie o sentado, el sobrepeso, el tabaquismo, o trabajar muchas horas en lugares calurosos como puede ser una cocina.
El uso de anticonceptivos también se asocia a la presencia de várices. al igual que los embarazos.
¿Por qué aparecen las arañitas luego del embarazo en mujeres que hasta el momento no las tenían? ¿cómo se puede mejorar su aspecto?
Durante el embarazo el aumento de los niveles hormonales y la hipertensión venosa que se genera al nivel del abdomen suelen generar frecuentemente numerosas várices en los miembros inferiores y en la pelvis.
Es muy frecuente que mujeres multíparas, con numerosos partos, tengan un gran número de várices. En este sentido, la progresión en el número de várices y la severidad del cuadro clínico aumenta en forma logarítmica durante cada nuevo embarazo.
En mujeres embarazadas solemos hacer controles frecuentes para valorar la extensión de las várices y el potencial riesgo de generar trombos, que son coágulos sanguíneos que eventualmente podrían formarse dentro de estas venas durante el embarazo, al momento del parto y en los días posteriores.
Los distintos tratamientos los llevamos a cabo unos meses posteriores al parto, en donde las várices se reducen de tamaño y adoptan su forma definitiva.
¿Quiénes las padecen con mayor frecuencia, hombres o mujeres? ¿por qué?
Claramente las mujeres tienen una prevalencia un poco mayor para el desarrollo de esta enfermedad. Como mencioné previamente, este aumento se pueda atribuir probablemente a las hormonas femeninas, anticonceptivos y embarazos.
De todas formas las mujeres consultan en estadios iniciales, cuando aparecen las telangiectasias y venas reticulares, en cambio los hombres suelen consultar en estadios más avanzados, cuando aparecen várices voluminosas.
El tipo de trabajo característico de esta época frente a las computadoras ¿influyó en el número de pacientes que presenta esta patología?
Es difícil de saber. Habitualmente las personas con várices presentan múltiples factores de riesgo. El que Ud. menciona parecería tener un rol de menor jerarquía.
¿Cuáles son los tratamientos que funcionan y en qué consisten?
Para responder esta pregunta es necesario conocer el estadio en que se encuentra cada paciente. Para esto se necesita una consulta flebológica, un examen físico detallado y una evaluación a través de un eco Doppler venoso.
De esta manera podemos dividir a los pacientes en dos grandes grupos.
Por un lado a aquellos que tienen dilatación insuficiencia de las venas safenas y sus venas tributarias principales. En ese caso hablamos de pacientes en estadíos II a VI.
Para tratar estas grandes venas superficiales contamos con cuatro métodos:
Radiofrecuencia y láser endovascular son procedimientos mínimamente invasivos que se realizan introduciendo una cuerda dentro de la vena afectada y de esta forma se genera la coagulación de la vena, no siendo necesario extraerla en forma quirúrgica. En Estados Unidos y Europa son procedimientos de primera elección, tienen como virtud menos molestias en el posoperatorio y una rápida reinserción laboral.
También es posible generar una ablación química de estas grandes venas utilizando fármacos esclerosantes en forma de espuma con la ayuda de un ecógrafo.
Por último, la cirugía convencional aún conserva un lugar de importancia en el tratamiento de las várices en numerosas circunstancias.
Cuando evaluamos pacientes en estadio I, aquellos con arañitas y pequeñas venas verdes, contamos con dos métodos de tratamiento. Cabe remarcar que la mayor parte de los pacientes se encuentra en este estadio, y extrapolando datos epidemiológicos a Argentina, se estima que cerca de 3 millones de mujeres y 2 millones de hombres en nuestro país presentan estas pequeñas venas.
Por un lado, como método de elección dada nuestra extensa experiencia y conocimiento profundo del método, utilizamos láser transdérmico, que es nuestra herramienta más moderna y efectiva.
Nos permite tratar venas muy pequeñas que van desde 0,2 a 0,5 mm, que son aquellas venas rojas muy finitas, pasando por venas de 0,5 a 1,5 mm que son venas violáceas, y finalmente venas de 1,5 a 3 mm que son venas verdes.
En nuestro centro contamos con tres plataformas de láser transdérmico, dos de ellas son plataformas Cutera Xeo, consideradas en la actualidad las mejores plataformas de láser transdérmico para tratamientos de várices en consultorio disponibles en el mundo.
Solo existen 7 plataformas iguales en nuestro país y nuestro centro es el único que las destina a tratamientos flebológicos.
Por otro lado, somos el único instituto en Latinoamérica que cuenta con dos plataformas de este tipo con dedicación exclusiva para tratamientos de várices.
Comenzamos en 2009 a aplicar esta tecnología y hoy somos uno de los centros con mayor volumen de pacientes y mayor experiencia en el continente.
Además desde 2011 somos un centro de capacitación para nuevos usuarios de esta tecnología en todo el país.
Con este enfoque moderno tratamos a los pacientes en consultorio, en forma completamente ambulatoria.
Durante cada sesión, trabajamos en forma intensa toda la circunferencia de ambos muslos, piernas y tobillos.
La sesión dura aproximadamente 40 minutos y se realiza sólo una por mes.
El tratamiento se completa luego de realizar un promedio de cuatro sesiones.
De esta manera llevamos a cabo un tratamiento intensivo, ambulatorio y de pocas sesiones con una reducción superior en el número de várices al 90%. Por otra parte logramos reducir significativamente el número de pacientes que resolvíamos previamente en quirófano o con numerosos tratamientos con fármacos esclerosantes.
El tratamiento cobra particular importancia en pacientes con numerosas arañitas, aquellos en donde las venas se localizan en tobillos, pacientes que han tenido poco resultado o han fracasado con tratamientos esclerosantes o desarrollado alergia a estos fármacos. Además es el único tratamiento indicado en pacientes portadores de trombofilia, padecimiento muy frecuente en mujeres con dificultades para quedar embarazadas.
En algunas pacientes que por diversos motivos no son candidatas a láser transdérmico, utilizamos inyecciones con fármacos esclerosantes, las cuales se realizan en forma semanal. En estos casos, el número de sesiones suele ser mucho mayor y depende de la extensión de las várices.
Para finalizar, debemos recordar que no todos los pacientes son iguales. Difieren en muchos aspectos, como la severidad de cada cuadro clínico, la extensión de las várices y las expectativas de resolución de cada cuadro.
Una consulta médica con una adecuada valoración del cuadro clínico junto con un eco doppler nos permiten indicar soluciones a medida para cada paciente.
Dr. Federico Agoff
Director Médico
Instituto Argentino de Flebología